Ecuador sufre las consecuencias de un modelo estatista que limita el emprendimiento, distorsiona los mercados con subsidios y precios artificiales, y genera una cultura de dependencia, mientras carga fiscalmente a quienes realmente producen riqueza. Las reformas necesarias, como la reducción de impuestos, la flexibilización laboral y la privatización de sectores ineficientes como el energético, son evitadas por los políticos para no desafiar al status quo. Este modelo perpetúa el estancamiento económico, la corrupción y la ineficiencia. Es urgente romper con estas cadenas y apostar por la libertad económica, la responsabilidad individual y la eficiencia del mercado como motores de desarrollo.
0 comments:
Publicar un comentario