En el debate económico y político de la ultra izquierda disfrazada de movimientos sociales, el término "neoliberalismo" se utiliza con frecuencia para describir lo mal que le va a un gobierno no afín a esta forma de pensar. Sin embargo, un análisis más profundo de las evidencias nos lleva a cuestionar si el neoliberalismo realmente ha existido en la región, o si es más bien una construcción discursiva que responde a intereses políticos e ideológicos, que se inserta en la mente de aquellos que son intoxicados por la presencia de ese discurso en los medios tradicionales.
¿Qué es el neoliberalismo?
El
neoliberalismo, en su definición clásica, propone la mínima intervención del
Estado en la economía, el fortalecimiento de los derechos de propiedad, la
privatización de empresas fracasadas y la implementación de mercados libres
como motor de crecimiento. Bajo este enfoque, el Estado se limita a garantizar
un entorno estable para la competencia, mientras que el mercado se autorregula.
Sin
embargo, para que exista neoliberalismo puro, debe haber libre mercado
auténtico. Algo que no ocurre y que lo saben bien los ideólogos de los
ataques.
El mito del libre mercado en América Latina
En la
mayoría de los países de la región incluido Ecuador, la economía sigue
profundamente influenciada por la intervención estatal visibilizada en la
cantidad de ministerios inservibles. Revisemos algunos casos que desmontan la
narrativa del "neoliberalismo imperante":
- Subsidios generalizados:
Países como Ecuador, Venezuela y Argentina han mantenido subsidios masivos a combustibles, transporte y otros bienes esenciales, lo que distorsiona los precios y crea mercados artificiales. En un sistema neoliberal, dichos subsidios no existirían. - Monopolios y oligopolios protegidos:
Sectores como la energía, telecomunicaciones y banca en países como Ecuador, México y Brasil están controlados por conglomerados que, lejos de competir libremente, operan bajo protección gubernamental o mediante concesiones exclusivas. Esto no representa un mercado libre, sino un mercado capturado por élites económicas y burocráticas. - Políticas fiscales
intervencionistas:
Aunque algunos gobiernos han privatizado empresas estatales, los altos niveles de gasto público, especialmente en programas sociales y burocracia, contradicen los principios neoliberales de austeridad y eficiencia estatal. Se multiplican ministerios absurdos como el de Igualdad o de la Mujer. - Barreras comerciales:
Si bien se han firmado tratados de libre comercio, las políticas proteccionistas siguen vigentes. Aranceles, cuotas y regulaciones restrictivas continúan afectando la importación y exportación, lo que es incompatible con la idea de una economía totalmente abierta.
El rol del Estado en las economías latinoamericanas
La
realidad en América Latina se aleja del "Estado mínimo" promovido por
el neoliberalismo. En cambio, la mayoría de los gobiernos han adoptado roles
protagónicos en la economía, ya sea como reguladores, actores empresariales o
redistribuidores de riqueza. El estilo Keynesiano se reproduce y se expande en
los países pensando que más gasto es igual a bienestar
¿Por qué entonces se culpa al neoliberalismo?
El uso
del término "neoliberalismo" casi siempre responde a fines políticos electorales
que a una descripción objetiva de las políticas económicas. Al etiquetar como
"neoliberales" problemas como el desempleo, la desigualdad y las
crisis económicas, se simplifica el debate y se deslegitiman ciertas posturas
ideológicas, aunque las verdaderas causas sean más complejas.
Además,
culpar al "neoliberalismo" permite desviar la atención de los
verdaderos responsables de las fallas estructurales: corrupción, clientelismo,
políticas ineficientes y falta de innovación, y los desastres que hace la ultra
izquierda en países en los que gobiernan.
Conclusión: ¿Neoliberalismo o mixtura económica?
América
Latina es un espacio donde las economías mixtas han predominado. La
coexistencia de elementos de mercado con intervenciones estatales ha creado
sistemas híbridos que fracasan en el tiempo, y que dejan la idea que aún hay espacio
para el Estado ampuloso
Este
análisis no busca absolver al modelo neoliberal de críticas, sino invitar a un
debate más honesto y fundamentado. En lugar de buscar culpables en un "fantasma
neoliberal", es hora de enfocarnos en las verdaderas reformas
estructurales que nuestra región necesita: transparencia, fortalecimiento
institucional y políticas que fomenten la innovación y la competitividad real.
¿Y tú,
qué opinas? ¿Es el neoliberalismo el culpable de los males económicos de
América Latina o necesitamos mirar más allá de los discursos simplistas?
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debate.
Bien explicado los mitos que irrumpen la sociedad del neoliberalismo, aclarando las verdades que hacen que las economías fracasen y no es por el neoliberalismo, si no por las malas administraciones de gobierno practicando la corrupción y grupos de élite que controla sectores estratégicos.
ResponderBorrarQue importante es dejar a un lado los mitos y poner los pies en tierra ante la realidad, el socialismo en su máximo esplendor en muchas economías y no solo como la ecuatoriana sabemos que nos a dañado como nación, es como un cáncer silencioso que cuando se enraíza en la economía es muy difícil eliminarlo.
ResponderBorrarPero que tan probable es que se aplique el neoliberalismo en la economía ecuatoriana?
Es acaso esta la solución?