Ideas anti zurdos, un espacio para defender la libertad.

miércoles, 9 de abril de 2025

El precio del petróleo y el frágil equilibrio fiscal del Ecuador

 



Importancia del petróleo en el presupuesto ecuatoriano

El petróleo ha sido históricamente una fuente esencial de ingresos para Ecuador, representando una parte significativa de los recursos fiscales. Sin embargo, no se ha tomado en cuenta que la producción petrolera viene decayendo y enfrenta desafíos en su capacidad de exploración. La producción viene registrando una disminución que en el 2024 llega al 2%, con una producción promedio de 466.895 barriles diarios que incluye producción de empresas privadas y pública, la cifra más baja desde 2020 . Además, el crudo ecuatoriano se comercializa con un "castigo" en el mercado internacional, debido a su calidad y otros factores, lo que significa que se vende a precios inferiores al referencial WTI, con descuentos que oscilan entre $6 y $8 por barril, en otras palabras una reducción de producción solo golpea las finanzas públicas.​

Impacto de la caída en los precios del WTI

Recientemente, el precio del WTI ha experimentado una notable disminución, situándose en $55,76 por barril el 9 de abril de 2025, con incrementos muy por debajo de los $63,7 (ver gráfica) proyectados en el presupuesto nacional . Esta caída se atribuye, en parte, a las tensiones comerciales globales y a la imposición de aranceles entre las principales economías por parte del gobierno del presidente Donald Trump. Esta situación reduce los ingresos petroleros del país, ampliando el déficit fiscal y limitando la capacidad del gobierno para financiar programas y servicios públicos, por lo tanto, la dependencia al petróleo sigue golpeando la capacidad de gestión del gobierno de turno, sin que hasta ahora entiendan los ambientalistas o los grupos políticos de extrema izquierda que comparten bandera de protesta.

Ideologías de izquierda y el gasto público

Las corrientes de izquierda siguen promovido políticas de incremento del gasto público para estimular la economía y reducir desigualdades. Sin embargo, en un contexto de ingresos petroleros menguantes, mantener o aumentar el gasto sin fuentes de financiamiento sostenibles puede conducir a déficits fiscales insostenibles y al incremento de la deuda pública. Siguen creándose leyes que hacen que inercialmente suba el nivel de gastos con mucha indisciplina fiscal, nada hacen por entender que esas acciones solo destruyen la economía e hipotecan el futuro del país

Riesgos para la dolarización

La dolarización, implementada en Ecuador en el año 2000, ha proporcionado estabilidad económica y control de la inflación. No obstante, este sistema limita la capacidad del país para responder a shocks externos mediante políticas monetarias, ya que no puede emitir su propia moneda . La disminución de ingresos por exportaciones petroleras reduce la entrada de dólares al país, esenciales para mantener la liquidez en una economía dolarizada. Si esta tendencia persiste, se podrían generar presiones sobre el sistema financiero y comprometer la sostenibilidad de la dolarización. Por lo que aumentar la IED para exploración y explotación de nuevos campos es vital en un contexto de falta de recursos, no hacerlo, solo cultiva la posibilidad de un caos político y económico.

Conclusión

La reciente caída en los precios del petróleo presenta desafíos significativos para la economía ecuatoriana, especialmente en términos de financiamiento fiscal y estabilidad macroeconómica. Es imperativo que las autoridades implementen políticas fiscales prudentes, diversifiquen las fuentes de ingresos y promuevan sectores económicos alternativos al petróleo. Solo así es posible garantizar la sostenibilidad fiscal y preservar los logros alcanzados bajo el régimen de dolarización. No hacerlo, solo contribuirá a más diferimientos en la atracción de recursos para explotar la riqueza del subsuelo que es clave para el país.

¿Crees que Ecuador podrá mantener la dolarización si sigue cayendo el precio del petróleo? ¡Déjanos tu opinión y sigue el blog para más análisis económicos!

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lunes, 7 de abril de 2025

Universidad para todos: el espejismo costoso del populismo educativo


Pocas ideas han calado tan hondo y han hecho tanto daño como la consigna de que “la universidad debe ser para todos”. En apariencia es una propuesta inclusiva, progresista, casi irrefutable. Pero en la práctica, ha sido una de las apuestas más ineficientes y costosas para el Estado y la sociedad. Bajo el amparo de esta lógica, miles de jóvenes terminan en aulas universitarias no por vocación ni por mérito, sino porque el sistema (y la cultura que lo sostiene) les ha hecho creer que esa es la única vía legítima de movilidad social.

La realidad, sin embargo, es otra: según datos del NEC (2024), el 28% de los desempleados del país tienen título universitario. Un dato alarmante que revela no solo la desconexión entre la oferta académica y el mercado laboral, sino también la enorme inversión pública que se desperdicia formando profesionales que no responden a ninguna necesidad real del aparato productivo.

Mientras tanto, sectores clave de la economía (industria, servicios técnicos, logística, tecnología aplicada) padecen una escasez crónica de mano de obra calificada. ¿Por qué? Porque se ha despreciado la formación técnica en favor de una sobrevaloración del título universitario, como si todos tuvieran que ser ingenieros, abogados o comunicadores para tener valor social.

Desde una mirada liberal, esto no solo es un error económico: es una distorsión profunda de los incentivos. En lugar de fomentar libertad de elección, competencia, eficiencia y responsabilidad individual, se ha promovido una falsa igualdad que ignora las preferencias, las capacidades y las demandas del mercado. El resultado: un sistema que produce frustración, subempleo y gasto público improductivo.

La solución no está en cerrar las universidades, sino en redefinir su propósito: deben ser espacios de excelencia, meritocracia y vocación, no centros de distribución de títulos vacíos. Y el acceso debe estar orientado por criterios de desempeño, compromiso y potencial, no por cuotas políticas ni aspiraciones generalizadas que ignoran la realidad del empleo.

Al mismo tiempo, urge reivindicar la educación técnica y tecnológica como un camino válido, eficiente y muchas veces mejor remunerado. Preparar a las personas para satisfacer las demandas reales del mercado no es someterlas, es empoderarlas. Es permitir que el talento y la productividad florezcan donde hacen falta, y no donde los discursos ideológicos los quieren encerrar.

En una sociedad verdaderamente libre, no se impone un modelo único de éxito. Se abren caminos diversos, se respeta la elección individual y se reconoce que el conocimiento útil es aquel que resuelve problemas reales. Hoy más que nunca, necesitamos menos populismo educativo y más libertad para formar, trabajar y decidir con sentido.


Por: Econ. Luis Cedillo-Chalaco, MSc.

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domingo, 6 de abril de 2025

Venezuela: una advertencia educativa para Ecuador


Por Phantom


Durante las últimas décadas, la implementación de modelos políticos centralizados en América Latina ha tenido consecuencias profundas en las instituciones educativas. Uno de los casos más alarmantes es el de Venezuela, donde la subordinación de la universidad a los intereses del poder político derivó en el deterioro sistemático de la educación superior y en la pérdida de miles de profesionales formados, que se vieron forzados a migrar en busca de condiciones mínimas para ejercer su vocación.

Las universidades venezolanas, que alguna vez fueron espacios de excelencia académica y científica, han sido golpeadas por el desfinanciamiento, la erosión de su autonomía y la imposición de agendas ideológicas que redujeron el pensamiento crítico a mero adoctrinamiento. La consecuencia ha sido una fuga de cerebros sin precedentes: investigadores, médicos, ingenieros, docentes y artistas formados con recursos públicos han emigrado a otros países, muchos de ellos incluso acogidos por programas académicos en Ecuador.

Este dato no es menor. Numerosos académicos e investigadores venezolanos llegaron a Ecuador a través del programa Prometeo, una iniciativa que supo valorar su formación y trayectoria. No obstante, la paradoja se vuelve evidente cuando se recuerda que el líder de dicho programa, el expresidente Rafael Correa, ha manifestado públicamente su respaldo al régimen de Nicolás Maduro, a pesar de las múltiples denuncias internacionales por la falta de transparencia y legitimidad de los procesos electorales recientes en Venezuela. Más aún, Luisa González, actual candidata del correísmo, ha declarado abiertamente que reconoce a Maduro como presidente legítimo y que restablecería relaciones diplomáticas con su gobierno, a pesar del historial de violaciones a derechos fundamentales y de haber sido electo en un proceso ampliamente cuestionado por la comunidad internacional.

Ecuador no puede permitirse ignorar la advertencia que representa el caso venezolano. Copiar un modelo que ha generado el colapso de instituciones educativas, la pérdida de autonomía universitaria, la pauperización del pensamiento y el exilio del talento intelectual sería un error histórico. La educación superior no puede ni debe ser instrumentalizada por ningún proyecto político. La universidad es, por esencia, un espacio de libertad, de debate plural, de búsqueda rigurosa de la verdad, de formación crítica y de aporte al desarrollo nacional.

Las decisiones diplomáticas y los respaldos políticos deben estar en sintonía con los valores que queremos defender. Si se valora la ciencia, la investigación, el conocimiento y el desarrollo humano, entonces es inaceptable cerrar los ojos ante los regímenes que destruyen esos pilares. Ecuador está a tiempo de elegir otro camino: el que pone al talento, al pensamiento libre y a la educación de calidad como ejes de su futuro.

Porque sin universidades libres, no hay país posible.

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sábado, 5 de abril de 2025

El iceberg del socialismo: lo que no te cuentan de la “igualdad social”


Cuando escuchamos la palabra “socialismo”, muchas veces se asocia rápidamente con un ideal noble: igualdad social. La imagen que se proyecta es la de una sociedad donde todos tienen acceso a salud, educación, y oportunidades sin distinción, un paraíso en la Tierra. Pero, como sucede con un iceberg, lo que se ve en la superficie es solo una pequeña parte de la realidad.

Debajo de ese lema encantador se ocultan múltiples problemas sociales, políticos y económicos que, en muchos casos, han llevado a la miseria a países enteros. En esta entrada quiero explicarte, de forma sencilla y con ejemplos reales, por qué es importante mirar más allá del discurso.

1. Igualdad social: la promesa que atrae

Este es el gancho: se promete que todos tendrán lo mismo, que nadie será más rico que otro, y que el Estado cuidará de todos. Esto puede sonar atractivo, sobre todo cuando hay desigualdad, pero el problema está en cómo se intenta alcanzar esa igualdad. Lo cierto es que igualan a todos hacia abajo, y arriba quedan los dirigentes llenos de poder y dinero, mira las familias de los dirigentes socialistas cubanos, nicaragüenses, venezolanos, entre otros tantos.

2. Dictadores y represión

Para imponer un modelo donde el Estado controla todo, muchas veces se restringen libertades. Se censura la prensa, se persigue a la oposición y se crean regímenes autoritarios. Por ejemplo, en Venezuela, líderes opositores han sido encarcelados solo por expresar sus ideas, llenado cárceles como el Helicoide, ni que hablar de los presos políticos cubanos.

3. Miseria y escasez

Cuando el Estado asume el control absoluto de la economía (nacionalizando empresas, imponiendo controles de precios), muchas veces se pierde productividad. Esto genera escasez de alimentos y productos básicos. En Cuba, por ejemplo, conseguir leche o papel higiénico puede ser una tarea diaria de varias horas, que cansa a la oposición.

4. Gobernantes ricos, pueblos pobres

Una de las grandes contradicciones es que mientras se predica la igualdad, quienes gobiernan viven con lujos. Nicolás Maduro, por ejemplo, ha sido visto comiendo en restaurantes costosos en Turquía, mientras su pueblo hace largas filas por un pan, o los nietos de Fidel y Raúl Castro disfrutando de paseos en Europa y de hospedajes cinco estrellas.

La igualdad impuesta no siempre es justicia. Preguntémonos: ¿de qué sirve que todos seamos iguales si todos estamos igualmente mal? La verdadera justicia social no se logra eliminando la riqueza, sino creando oportunidades reales para que más personas accedan a ella, sin miedo, sin represión y con plena libertad.

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viernes, 4 de abril de 2025

La estrategia arancelaria de Trump: Una ruptura con la Teoría Tradicional del Comercio?

 


La política comercial impulsada por el presidente Donald Trump, especialmente la implementación de aranceles recíprocos hacia China y la Unión Europea (34% para productos americanos), constituye para muchos analistas económicos una ruptura significativa con las teorías tradicionales del comercio internacional. Históricamente, desde la teoría de la ventaja comparativa planteada por David Ricardo, los aranceles son vistos como obstáculos que distorsionan la especialización eficiente entre países, generando ineficiencias y pérdidas globales, y por lo tanto deben reducirse hasta su mínima expresión.

Sin embargo, la postura defendida por Trump, lejos de ignorar estos fundamentos, busca enfrentar desequilibrios estructurales en el comercio internacional, particularmente relacionados con la sobrevaloración persistente del dólar estadounidense. Según Stephen Miran, la constante demanda global de activos de reserva en dólares ha generado una situación conocida como el dilema de Triffin, donde Estados Unidos debe mantener déficits comerciales elevados para proveer suficientes activos financieros al mundo, afectando negativamente su sector manufacturero y sus empleos asociados.

Trump argumenta que estos aranceles recíprocos tienen una doble función: primero, equilibrar el terreno comercial frente a prácticas desleales de otros países, como subsidios encubiertos, robo de propiedad intelectual y manipulaciones cambiarias; y segundo, reducir la carga financiera de Estados Unidos al trasladar parte del costo económico de la provisión global de activos de reserva hacia otros países.

Contrario a lo que podría esperarse, la experiencia de la guerra comercial entre EE.UU. y China en 2018-2019 mostró que los aranceles implementados tuvieron consecuencias macroeconómicas mínimas, en gran medida debido a ajustes en las tasas de cambio. La depreciación del yuan, en respuesta a los aranceles impuestos, significó que, en términos reales, China terminó asumiendo buena parte del costo económico de estos aranceles, evidenciado en una reducción en el poder adquisitivo de los consumidores chinos.

Más allá del ámbito puramente económico, Trump vincula explícitamente la política comercial con la seguridad nacional. Este enfoque sugiere que, en un contexto geopolítico complejo, mantener una industria manufacturera robusta es indispensable para garantizar la independencia tecnológica y militar del país. Por ello, sectores estratégicos como la tecnología avanzada, la agricultura y la producción farmacéutica podrían beneficiarse considerablemente si estos aranceles llevan, paradójicamente, a una reducción generalizada de barreras comerciales en el largo plazo.

Aunque la teoría económica tradicional, representada por economistas como Paul Krugman, sostiene que estos aranceles limitan economías de escala y generan ineficiencias, la postura de Trump implica una apuesta estratégica de corto plazo que busca forzar una negociación global más justa y equitativa. El riesgo, no obstante, radica en la posibilidad de represalias comerciales y en la volatilidad potencial de los mercados financieros que acompañan las tensiones comerciales.

En definitiva, la estrategia arancelaria recíproca de Trump no debe interpretarse únicamente desde la óptica tradicional del comercio internacional, sino como una medida deliberada para redefinir el rol de Estados Unidos en el sistema global de comercio y finanzas. Aunque controvertida y ciertamente riesgosa, esta política busca corregir desequilibrios profundos y redefinir alianzas comerciales y estratégicas, apuntando a largo plazo hacia un sistema comercial internacional más equitativo y menos dependiente de desequilibrios estructurales.

¿Es esta política comercial la adecuada para enfrentar los retos actuales? ¿Qué efectos tendrá a largo plazo para la economía global? Sigue nuestro blog y participa en el debate.




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jueves, 3 de abril de 2025

Derechos humanos selectivos: el dilema ético de la izquierda

 


El dilema moral de la izquierda: ¿derechos humanos solo si el agresor es de derechas?

En el tablero geopolítico contemporáneo, la izquierda se enfrenta a un dilema que cuestiona la solidez ética de su discurso: ¿los derechos humanos deben defenderse siempre, o solo cuando son violados por actores occidentales o por parte de quienes son calificados como de ultraderechas?

Durante décadas, la izquierda ha representado —al menos en el imaginario colectivo— una voz crítica contra el colonialismo, el intervencionismo y las injusticias del capitalismo global. Ha denunciado a conveniencia, las guerras de EE.UU. en Medio Oriente, el mentiroso bloqueo mundial a la isla cárcel de Cuba, el respaldo de Europa a regímenes autoritarios aliados, y la histórica mentira de opresión de ciudadanos palestinos. Sin embargo, esa seudo legitimidad comienza a erosionarse cuando la misma izquierda guarda silencio, o incluso justifica, abusos de derechos humanos cometidos por gobiernos o actores no occidentales, pero ideológicamente cercanos como es el caso de la pareja presidencial nicaragüenses, o de la élite cubano de Díaz Canel y sin olvidar el ejército de Maduro en Venezuela, las muertes de kurdos por parte de Erdogan en Turquía.

El caso Hamás: ¿terrorismo o resistencia legítima?

El episodio más reciente y revelador fue el ataque del grupo terrorista Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, en el que masacraron más de 1.200 civiles, incluidos mujeres, niños y ancianos. Lejos de una condena clara, diversas agrupaciones de izquierda en Occidente —entre ellas organizaciones estudiantiles de universidades como Harvard, Columbia o Stanford— emitieron comunicados donde culpaban exclusivamente a Israel, minimizando o incluso omitiendo el accionar terrorista de Hamás y las violaciones a decenas de mujeres, todo documentado por los mismos criminales.

Estos pronunciamientos generaron un fuerte debate. ¿Puede una ideología que dice defender la vida, la igualdad y la justicia justificar la masacre de civiles por parte de un grupo extremista islamista? ¿Puede ignorarse que Hamás, además de estar en la lista de organizaciones terroristas de EE.UU., la UE y otros países, viola sistemáticamente los derechos humanos de su propia población, incluyendo represión política, persecución de minorías y adoctrinamiento violento?

La respuesta debería ser evidente. Sin embargo, en muchos sectores de la ultra izquierda, prevalece la lógica de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, incluso cuando ese amigo recurre a prácticas absolutamente incompatibles con los valores humanos.

Silencios cómplices: Irán, Rusia y otros aliados “incómodos”

Este fenómeno no se limita al conflicto palestino-israelí. La izquierda occidental, y en especial la latinoamericana, ha optado por una postura ambigua frente a otros regímenes autoritarios no occidentales. Gobiernos como el de Irán, donde se persigue brutalmente a mujeres por no usar velo, a homosexuales o a activistas por pedir libertades civiles, son tratados con indulgencia porque representan un contrapeso a la hegemonía estadounidense y porque financia a políticos y programas internacionales de divulgación en redes sociales.

Lo mismo ocurre con Rusia, que ha reprimido con violencia la disidencia interna, ha invadido Ucrania violando el derecho internacional, y mantiene estrechos lazos con gobiernos de izquierda en América Latina. En muchos discursos, el Kremlin es presentado como un aliado antiimperialista, pese a sus prácticas abiertamente autocráticas.

Y, por supuesto, el caso de Venezuela o Nicaragua resulta paradigmático. Ante la evidencia de represión, presos políticos, censura a medios, y uso del aparato estatal para aplastar la oposición, la izquierda internacional prefiere hablar de “guerra mediática” o “ataques del imperialismo”, negando realidades verificables y documentadas por organismos como la ONU o Human Rights Watch. Con lo que prefiere desviar la atención y atacar el gobierno Salvadoreño de Bukele, por su lucha contra las bandas criminales denominadas maras.

¿Coherencia o conveniencia?

La pregunta es urgente: ¿puede la izquierda construir un proyecto emancipador si su ética se adapta según el contexto geopolítico? ¿No es esta doble moral una traición a los principios que dice defender?

Apoyar a Hamás o a cualquier régimen autoritario solo porque se opone a Estados Unidos no convierte a esos actores en luchadores por la justicia. La supuesta resistencia no puede ser excusa para el terrorismo ni la masacre de personas inocentes, ni la soberanía para el autoritarismo. Los derechos humanos no son negociables ni relativos, o se defienden a conveniencia.

Una izquierda con principios o con intereses

La izquierda del siglo XXI tiene una disyuntiva: o reafirma su aparente compromiso universal con la dignidad humana, o se convierte en una fuerza ideológica tal servicio de criminales transnacionales.

Es hora de romper con el pensamiento binario que reduce el mundo a “Occidente malo” y “resto bueno por oposición”. Esa narrativa simplista no solo es falsa, sino peligrosa. Si la izquierda quiere representar una alternativa creíble, debe tener el valor de condenar todo atropello, venga de Washington, Teherán, Caracas o Gaza.

Deja tus comentarios y mira en el siguiente enlace el listado de cárteles criminales

Designación de cárteles internacionales


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martes, 1 de abril de 2025

La nueva forma de conquista: ¿Cómo China condiciona su ayuda económica?


Un aporte de Venezuela Libre

En el pasado, las potencias coloniales tomaban territorios con ejércitos poderosos. Hoy, el campo de batalla es económico y China ha perfeccionado una estrategia que varios expertos llaman “la diplomacia de la deuda”. Esta nueva forma de conquista no requiere armas, sino préstamos. Países en desarrollo, necesitados de financiamiento rápido, aceptan condiciones que, en muchos casos, terminan comprometiendo su soberanía.

Esta estrategia de entrega de préstamos a países en desarrollo para proyectos de infraestructura, resulta ser financieramente insostenible para las naciones receptoras. Cuando estos países enfrentan dificultades para cumplir con sus obligaciones financieras, China aprovecha la situación y obtiene concesiones económicas o políticas favorables para sus empresas.

Un ejemplo destacado de esta estrategia es el caso de Sri Lanka. El país asiático recibió préstamos significativos de China para la construcción del puerto de Hambantota. Al no poder cumplir con los pagos de la deuda, Sri Lanka cedió el control del puerto a una empresa china por 99 años, lo que generó preocupaciones sobre la pérdida de soberanía y el aumento de la influencia china en la región.

Algo similar ocurre con el Canal de Panamá que es una arteria vital para el comercio mundial, conectando los océanos Atlántico y Pacífico. En los últimos años, empresas chinas han incrementado su participación en esta estratégica vía, lo que ha generado diversas interpretaciones y debates sobre sus implicaciones, incluyendo a los Estados Unidos de manera reciente.

Principales Actores Chinos en el Canal

  • Hutchison Ports HoldingsEsta empresa, con sede en Hong Kong, administra dos puertos clave en las entradas del canal: Balboa en el lado Pacífico y Cristóbal en el lado Atlántico. Estas concesiones le otorgan un control significativo sobre el flujo de mercancías que transitan por el canal. ​

  • China Harbour Engineering CompanyHa mostrado interés en proyectos de infraestructura relacionados con el canal, incluyendo propuestas para la construcción de un cuarto juego de esclusas, lo que ampliaría la capacidad operativa de la vía interoceánica. ​

Implicaciones de la Inversión China

La creciente presencia de empresas chinas en el Canal de Panamá ha generado diversas opiniones:

  • EconómicasLas inversiones chinas han contribuido al desarrollo de infraestructura y a la modernización de las instalaciones portuarias, potenciando la eficiencia y capacidad del canal.

  • GeopolíticasAlgunos analistas y políticos estadounidenses han expresado preocupación por el aumento de la influencia china en una vía de navegación tan estratégica, considerando que podría afectar los intereses de Estados Unidos en la región. ​

  • Soberanía NacionalExiste un debate interno en Panamá sobre el equilibrio entre aprovechar las inversiones extranjeras y mantener el control soberano sobre una infraestructura tan emblemática y crucial para el país.

Otro caso es el de Venezuela, país que ha acumulado una deuda considerable con China, estimada entre 10.000 y 60.000 millones de dólares. Esta deuda ha condicionado las relaciones bilaterales, ya que China respalda al gobierno venezolano para asegurar la devolución de sus préstamos y mantener su presencia estratégica en la región.

Ecuador al cerrar su acceso a financiamiento internacional de multilaterales por la famosa declaración de ilegitimidad de la deuda externa en 2008. Recurrió a China en 2009 como su nuevo financiador. Lo que siguió fue un modelo preocupante:

  • Préstamos en dólares a tasas superiores al 7%, pero con pagos en barriles de petróleo a precios muy por debajo del mercado.

  • Obligación de usar los yuanes recibidos para comprar productos de empresas chinas, creando un circuito económico cerrado.

  • Compromiso de exportar millones de barriles de petróleo hasta 2024, incluso cuando esos barriles no fueron usados directamente por China, sino revendidos por intermediarios en mercados como EE.UU. y Perú.

Es esencial que los países receptores de financiamiento chino evalúen cuidadosamente las condiciones de los préstamos y su capacidad de pago para evitar caer en situaciones de dependencia económica. La transparencia en las negociaciones y la diversificación de fuentes de financiamiento son claves para preservar la soberanía y fomentar un desarrollo sostenible sin que esto complique a las generaciones futuras.

¿Crees que los países están perdiendo soberanía al aceptar préstamos con condiciones como las impuestas por China? ¡No te pierdas nuestras próximas publicaciones sobre geopolítica, economía y soberanía!

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