Durante años, Ecuador ha preferido engañarse: creer que mantener la gasolina barata es sinónimo de justicia social. Sin embargo, cada galón subsidiado no es un acto de solidaridad, sino una pesada hipoteca sobre el futuro económico del país. Lo que parece un pequeño ahorro en el surtidor es, en realidad, un costo inmenso que pagamos cada uno de los ciudadanos, pero sobre todo los más pobres, a quienes se les niega un mejor acceso a salud, educación y seguridad.
Hoy, el Estado ecuatoriano subsidia cada galón de gasolina Extra con 13,7 centavos y de Ecopaís con 26,9 centavos (1). Aunque el esquema de bandas de precios intenta amortiguar este gasto, los subsidios siguen drenando recursos que podrían ser invertidos en sectores que generan verdadero progreso. Mientras tanto, se benefician principalmente los grupos de mayores ingresos, los mismos que consumen más combustible y que no necesitan este supuesto “apoyo”(2).
El Banco Central del Ecuador ha sido claro: el gasto en subsidios de combustibles no solo afecta las finanzas públicas, sino que perpetúa la inequidad social y frena la transición hacia una matriz energética más limpia (3). Persistir en esta política es como intentar tapar una hemorragia con una curita: momentáneamente se disimula el problema, pero se agrava la enfermedad estructural conforme se siguen financiando los subsidios.
Peor aún, estudios históricos revelan que entre 1989 y 2016 Ecuador gastó más de USD 40.000 millones en subsidios a combustibles (4). ¿El resultado? No fue una revolución educativa ni sanitaria, sino un sistema de transporte ineficiente, una economía débilmente competitiva y una matriz energética dependiente del petróleo. El supuesto beneficio social terminó siendo una ruina financiera que limita nuestra capacidad de crecer y mejorar.
El mito de la gasolina barata se cae cuando vemos los verdaderos números. Subsidios regresivos, contrabando de combustibles hacia países vecinos, corrupción, y un Estado incapaz de financiar adecuadamente su propia estructura básica. Mientras los países vecinos corrigen sus sistemas de precios, Ecuador sigue anclado a la política fácil, a la comodidad de no enfrentar el costo político de una reforma necesaria.
El liberalismo económico enseña una verdad dura pero indispensable: los recursos son escasos, y subsidiar el consumo irracional no es solidaridad, es irresponsabilidad. El dinero de los contribuyentes no debe financiar la gasolina del que puede pagarla, sino abrir escuelas, hospitales y oportunidades. Subsidios focalizados para el transporte público o ayudas directos para los más pobres, sí. Gasolina barata para todos, no.
Es hora de abandonar la ilusión de que la gasolina barata es un derecho. No lo es. Es un privilegio costoso que pagamos con pobreza estructural y atraso. El verdadero país que deberíamos construir no es el que ofrece gasolina barata, sino el que ofrece oportunidades reales de progreso.
Y para lograrlo, hay que tener el coraje de enfrentar la verdad que muchos prefieren callar.
Por: Econ. Luis Cedillo-Chalaco, MSc.
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Fuentes:
(1) Primicias (14 de abril de 2025). Las gasolinas Extra y Ecopaís tendrán subsidio del Estado en abril de 2025. Disponible en: https://www.primicias.ec/economia/gasolinas-extra-ecopais-subsidio-estado-precios-93986/.
(2) Banco Central del Ecuador (2025). Nuevo esquema de precios y compensación a grupos vulnerables. Disponible en: https://www.bce.fin.ec/nuevo-esquema-de-precios-para-las-gasolinas-y-compensacion-a-grupos-vulnerables-un-paso-necesario-hacia-la-mejora-medioambiental-fiscal-y-social/
(3) Informe Técnico Presupuesto Prorrogado 2025 (MEF). Ministerio de Economía y Finanzas del Ecuador. Disponible en: https://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2025/01/informe_t%E2%80%9Acnico_prorrogado_2025_vf.pdf
(4) Becerra, R. (2016). Cuantificación de los subsidios de derivados del petróleo en Ecuador. Boletín "Petróleo al Día", Volumen 4, p. 25-33.
Excelente análisis, es absurdo continuar con subsidios que engordan las billeteras de contrabandistas y corruptos, el cambio cultural es indispensable para que esta situación cambie, lastimosamente el populismo no deja avanzar y empezar a crecer verdaderamente como una sociedad que busca el progreso real de su gente.
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