Ideas anti zurdos, un espacio para defender la libertad.

domingo, 29 de junio de 2025

El origen del liberalismo español

 


El Origen del Liberalismo Español: Una Tradición Olvidada que Hoy Despierta

Por John Campuzano Vásquez

En los debates actuales, muchas veces se asocia el liberalismo únicamente a pensadores anglosajones como John Locke, Adam Smith o Friedrich Hayek. Sin embargo, España posee una tradición liberal sólida y profundamente influyente, aunque injustamente marginada por el peso histórico del absolutismo, el clericalismo conservador y, más recientemente, por la hegemonía cultural de la izquierda. Hoy más que nunca es fundamental redescubrir el origen y la riqueza del liberalismo español, no solo como corriente política, sino como un cuerpo económico e intelectual con impacto global.

¿Dónde nace el liberalismo español?

El germen del liberalismo español nace en la Escuela de Salamanca, durante los siglos XVI y XVII, en un momento de transición entre la escolástica medieval y el pensamiento moderno. Esta escuela, liderada por teólogos y juristas dominicos como Francisco de Vitoria, Domingo de Soto, Martín de Azpilcueta y sobre todo Juan de Mariana, se convirtió en una cuna temprana de ideas liberales y de defensa de los derechos individuales, el valor del mercado y las críticas al poder arbitrario del Estado.

  • La propiedad privada como derecho natural.
  • La libertad de comercio y precios.
  • La crítica a la inflación causada por la emisión monetaria del Estado.
  • La legitimidad del tiranicidio frente a gobiernos abusivos (Juan de Mariana).

Aportes económicos olvidados

  • Luis de Molina distinguía entre valor subjetivo y valor de mercado.
  • Martín de Azpilcueta formuló teorías precursoras de la paridad del poder adquisitivo.
  • Desarrollaron la teoría cuantitativa del dinero.

Cronología de hitos liberales en España

FechaHitoRelevancia
1545-1610Escuela de SalamancaGermen intelectual del liberalismo económico y político.
1789-1812Influencia de la Revolución FrancesaSe introduce el liberalismo político en las instituciones.
1812Constitución de CádizPrimera constitución española liberal.
1830-1868Consolidación del liberalismo isabelinoSe lucha contra el absolutismo.
1869-1873Sexenio DemocráticoEnsayo de libertad económica y expresión.
1978Constitución democrática actualRecupera principios liberales esenciales.

¿Qué queda del liberalismo español hoy?

  • Críticas al intervencionismo monetario.
  • Defensa de la libertad económica.
  • Propiedad privada y orden jurídico.

Volver a los orígenes para recuperar el futuro

El liberalismo español no es un invento reciente. Es una tradición intelectual genuina. Redescubrirla no es solo un ejercicio académico, sino un deber moral.

Citas olvidadas de los clásicos

“El rey que impone tributos sin ley se hace tirano” — Juan de Mariana
“El precio justo nace del acuerdo libre entre compradores y vendedores” — Luis de Molina

¿Sabías que...?

  • La teoría cuantitativa del dinero nació en Salamanca antes que en Cambridge.
  • La idea de tiranicidio de Mariana influenció indirectamente a Jefferson.
  • Azpilcueta ya hablaba de inflación importada por exceso de metales en el siglo XVI.
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jueves, 26 de junio de 2025

Irán, Israel y Occidente: una guerra de civilizaciones que no podemos ignorar

 

La reciente intervención militar de Estados Unidos contra instalaciones nucleares en Irán ha reavivado una vez más el debate sobre el papel de Occidente en Medio Oriente. Pero esta no es una simple acción geopolítica: es la reacción necesaria de una democracia ante la amenaza real de un régimen fundamentalista que no oculta su deseo de borrar del mapa a Israel y a los Estados Unidos, Estados soberanos y democráticos.

Irán, regido por los ayatolás desde 1979, ha construido un aparato ideológico que mezcla teocracia con autoritarismo, en abierta oposición a los valores universales de libertad, tolerancia religiosa, derechos individuales y democracia. Su discurso y acciones no son simbólicos: financia terror, medios de comunicación, políticos de izquierda, censura a su población, oprime a mujeres y minorías, y actúa como catalizador del caos en la región.

Israel, en contraste, representa una democracia funcional, innovadora y respetuosa de la pluralidad. Sí, tiene conflictos y tensiones internas, como cualquier Estado libre, pero nunca ha promovido la eliminación de otro país. E, conviven dentro de su territorios árabes, drusos, turcos, católicos y ortododoxos por citar algunas razas y creencias, en ese contexto, la defensa de Israel no es un capricho occidental: es una defensa de la civilización moderna frente a una amenaza oscurantista.

Lo absurdo de aplaudir dictaduras:

Lo más desconcertante de este conflicto no está solo en el campo de batalla, sino en los campus universitarios y organizaciones de derechos humanos de Occidente, donde jóvenes y colectivos ideológicos defienden con fervor regímenes totalitarios como el iraní o el venezolano, y demonizan a las democracias liberales como Israel o Estados Unidos.

¿Cómo puede ser posible? ¿Por qué estudiantes universitarios, que gozan de las libertades que sólo las democracias ofrecen, se manifiestan a favor de teocracias y tiranías?

Las causas de esta contradicción ideológica:

  1. Ignorancia histórica y política: Muchos jóvenes nunca han vivido bajo dictaduras reales, y tienen una visión superficial de los conflictos globales.

  2. Narrativas simplificadas: En redes sociales y ciertos círculos académicos se presenta a Israel y EE.UU. como "opresores" y a cualquier opositor de estos como "resistentes", sin matices ni contexto.

  3. Romanticismo revolucionario: La izquierda radical ha sabido envolver su discurso en una estética de rebeldía, aunque sus fines sean abiertamente autoritarios.

  4. Culpa occidental mal digerida: Se impone la idea de que todo lo que emana de Occidente es imperialismo, mientras se minimizan o justifican atrocidades cometidas por regímenes no occidentales.

  5. Academia ideologizada: Muchas universidades han sido capturadas por corrientes ideológicas posmarxistas que sustituyen el pensamiento crítico por dogmas antisistema.

¿Cómo combatir esta distorsión?

  1. Reeducación basada en hechos: La historia debe volver a enseñarse con rigor, mostrando las consecuencias de los regímenes autoritarios y las bondades imperfectas, pero superiores, de las democracias.

  2. Fortalecimiento del pensamiento crítico: Fomentar debates reales y no monocromáticos en las aulas; abrir espacios para ideas divergentes sin censura ideológica.

  3. Difusión de testimonios reales: Escuchar a las víctimas del régimen iraní, cubano o venezolano tiene más valor que cien teorías poscoloniales sin contacto con la realidad.

  4. Responsabilidad institucional: Las ONGs y universidades deben revisar su neutralidad moral: no es lo mismo defender derechos que apadrinar dictadores.

  5. Recuperar el sentido común: Defender la libertad no es de derecha ni de izquierda; es un principio civilizatorio.

En conclusión:

La batalla en Medio Oriente no es solo por territorios, sino por el alma del siglo XXI. Enfrenta a un Occidente que aún lucha por ser fiel a sus ideales frente a un bloque de fundamentalismo político-religioso que desprecia los derechos humanos. Apoyar a Irán o silenciar sus crímenes no es rebeldía ni justicia social: es complicidad con la opresión.

Occidente no debe disculparse por defender sus valores: debe afirmarlos con firmeza, sobre todo en sus propias universidades, donde está librándose una guerra cultural silenciosa, pero profundamente peligrosa.

La libertad no se hereda. Se defiende.

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domingo, 22 de junio de 2025

América Latina: Del populismo al totalitarismo

 


Dr. Armando José Urdaneta Montiel

 América Latina ha presenciado un fenómeno político que merece una profunda reflexión: el ascenso al poder de líderes populistas, colectivistas y oclocráticos[1] de izquierda. Estos líderes, en las últimas décadas, han asumido el papel de ser la encarnación de la solución a los desafíos económicos y sociales de la sociedad, erosionando en el proceso los pilares de la democracia y dando paso a la instauración de regímenes autoritarios e incluso totalitarios. En este artículo, exploraremos la intrincada relación entre el populismo, el totalitarismo y el concepto del "complejo de Fourier," y cómo estas dinámicas han ejercido su influencia en la región latinoamericana.

 El "complejo de Fourier," término acuñado en el contexto de Ludwig von Mises, se refiere a la tendencia de algunas personas a externalizar la responsabilidad por sus problemas y su situación socioeconómica, atribuyendo estas dificultades a factores externos o estructurales en lugar de asumir la responsabilidad personal por sus circunstancias de vida. En el caso de América Latina, esta mentalidad ha desempeñado un papel crucial durante las últimas dos décadas del siglo XX y las dos primeras del siglo XXI. En este período, una parte significativa de la sociedad ha tendido a culpar al orden social existente por sus condiciones de pobreza y desventaja, lo que ha generado un atractivo hacia propuestas colectivistas y populistas.

Líderes de izquierda y centroizquierda, en un enfoque maniqueo, han prometido soluciones colectivistas con un alto grado de intervencionismo estatal en todos los ámbitos económicos y sociales de la vida de los ciudadanos. Han presentado estas propuestas como el único mecanismo para abordar los desafíos económicos, como la pobreza, y los sociales, como la marginalidad. Argumentan que estos problemas pueden resolverse mediante la redistribución del ingreso nacional.

Este enfoque ha llevado a una polarización en la región, donde algunos ven al Estado como el único proveedor de soluciones a sus problemas, mientras que otros defienden la importancia de la responsabilidad individual y la iniciativa privada en la búsqueda de soluciones para los desafíos económicos y sociales. Por ello, La relación entre el "complejo de Fourier," el colectivismo y el populismo es compleja y requiere un análisis crítico en el contexto latinoamericano.

Este análisis crítico debería centrarse en la promoción de las libertades individuales y en la profundización del entendimiento de los principios del individualismo metodológico en la sociedad. Según el análisis praxeológico, este enfoque plantea que los fenómenos sociales y económicos se originan a partir de las acciones y decisiones de las personas, influenciadas por sus preferencias, incentivos y restricciones individuales. En este contexto, se destaca que los factores sociales y económicos más amplios, como las instituciones, las estructuras sociales y las normas, emergen como resultado de las interacciones individuales.

A diferencia del colectivismo metodológico, quien equivocadamente centra su análisis de fenómenos económicos y sociales desde una perspectiva colectiva o grupal en lugar de enfocarse en el comportamiento individual. A menudo se asocia con enfoques teóricos como el estructuralismo y el marxismo, que resaltan la importancia de las estructuras sociales y económicas en la conformación de la sociedad y la economía. En el contexto del populismo, este enfoque puede ser utilizado para justificar políticas de redistribución de riqueza y regulación estatal, en la creencia de que estas medidas resolverán los problemas colectivos.

Sin embargo, cuando los líderes populistas asumen el poder, a menudo comienzan a acumular poder en manos del ejecutivo, controlar los medios de comunicación, reprimir a la oposición política y manipular procesos electorales. Aquí es precisamente donde el populismo se desliza peligrosamente hacia el totalitarismo. En países como Argentina, Bolivia Ecuador y Venezuela, líderes carismáticos que prometieron reformas y un cambio en beneficio de las masas terminaron socavando las instituciones democráticas y estableciendo regímenes autoritarios.

El camino que va desde el populismo hasta el totalitarismo plantea un serio riesgo para la democracia en América Latina. La debilitación de las instituciones democráticas y la falta de controles efectivos sobre el poder ejecutivo pueden minar la rendición de cuentas y la protección de los derechos individuales.

Aquí, es importante destacar que los ciudadanos atrapados en el "complejo de Fourier" tienden a atribuir su situación social y económica a la organización de la sociedad. Esto los lleva a respaldar repetidamente a líderes populistas y totalitarios, sin percatarse de que, a medida que estos acumulan más poder, los ciudadanos se vuelven cada vez más vulnerables y dependientes de políticas fiscales asistencialistas del Estado, lo que los aboca a una pobreza persistente.

El autoengaño derivado de las promesas políticas cargadas de soluciones colectivas para un futuro mejor, proclamadas con estridencia por estos líderes populistas, rara vez se materializa. En cambio, se manifiestan a largo plazo en forma de restricciones a las libertades individuales y la erosión del marco institucional democrático. Es vital comprender las implicaciones a mediano y largo plazo de estas políticas oclocráticas, ya que pueden tener un impacto perjudicial en la democracia y la calidad de vida de los ciudadanos.

Por ello, es esencial para América Latina y para cualquier sociedad que enfrente este desafío, encontrar un equilibrio entre la necesidad de abordar las desigualdades y los problemas económicos y sociales, y la protección de los principios democráticos y los derechos individuales. El populismo puede ofrecer soluciones atractivas en el corto plazo, pero debemos recordar las lecciones del pasado y estar atentos a cualquier signo de erosión de nuestras instituciones democráticas. El desafío radica en encontrar un camino que respete la diversidad de voces y perspectivas, sin sacrificar la libertad y la democracia en el proceso.



[1] La oclocracia es una forma degenerada de democracia, en la que el poder es ejercido por la muchedumbre o la masa, de manera emocional, desorganizada y manipulable, en lugar de por ciudadanos informados y responsables.

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jueves, 19 de junio de 2025

Criptoestafas: el precio de no entender el mercado ni la libertad con responsabilidad

 


La libertad económica es uno de los pilares del pensamiento liberal. El derecho a emprender, invertir y asumir riesgos es la base de una sociedad dinámica y en constante progreso. Sin embargo, esa libertad no exime a los ciudadanos del deber de informarse ni los protege de ser víctimas de su propia ignorancia. En tiempos donde la tecnología ha abierto nuevas puertas al sistema financiero —como ocurre con las criptomonedas— también han proliferado los estafadores que se disfrazan de innovadores o influencers, pero operan como vulgares ladrones con fachada de “expertos”.

En los últimos años, han florecido esquemas que prometen altos retornos por invertir en plataformas de trading de criptomonedas. Lo que en realidad hacen estos delincuentes es reciclar el dinero de nuevos inversores (estafa piramidal) o lavar capitales de origen ilícito mediante plataformas que no están reguladas ni auditadas. Esto no tiene nada que ver con Bitcoin ni con el liberalismo; tiene todo que ver con la falta de educación financiera y la cultura del dinero fácil.

¿Cómo operan estas estafas?

  1. Se presentan como oportunidades de negocio: hablan de bots de trading automatizado, inteligencia artificial, minería de criptoactivos o inversiones descentralizadas.

  2. Ofrecen rentabilidades fijas o demasiado altas: 10% mensual, 20% en tres días. Absurdo.

  3. Cuentan con plataformas web o apps bien diseñadas que muestran rendimientos crecientes. Todo es falso.

  4. Piden referidos: si traes a más gente, “ganas más”. Así se alimenta la pirámide.

  5. Evitan regulaciones: usan criptos como Tether para mover el dinero entre billeteras sin dejar rastro. Una estrategia típica del lavado de dinero.

¿Por qué caen tantos en esto?

Porque no se educan. Porque confunden libertad con anarquía. Porque se han tragado el discurso zurdo de que “el sistema está podrido” y por eso creen que deben “salirse del sistema” invirtiendo en lo que no entienden. Irónicamente, terminan financiando el crimen organizado o estafas que los hunden aún más.

La culpa no es del mercado, ni del liberalismo, ni de las criptomonedas. La culpa es de quienes abandonan el principio más básico del pensamiento liberal: la responsabilidad individual.

El liberalismo no es dejar hacer sin pensar

A diferencia del pensamiento colectivista, el liberalismo reconoce al individuo como ser libre pero también responsable de sus decisiones. Un liberal no invierte en algo que no entiende. Un liberal investiga, compara, evalúa riesgos, y solo después decide. Un liberal defiende el derecho de todos a usar Bitcoin o cualquier otro activo, pero no promueve el libertinaje financiero disfrazado de innovación.

¿Cómo protegerse sin entregar la libertad al Estado?

La solución no es pedir más regulación ni más Estado. Es más educación, más vigilancia ciudadana y más denuncia activa. Si alguien te promete multiplicar tu dinero haciendo “trading automático”, pregúntale si su plataforma está auditada. Si no puedes retirar tu capital cuando quieras, sal corriendo. Si el negocio depende de traer más gente, estás frente a una estafa.

La libertad requiere de discernimiento. No todo lo que suena tecnológico es innovador. No todo lo que dice “blockchain” es legítimo. Y no todo lo descentralizado es necesariamente ético.

Lo que debemos hacer desde el liberalismo

  • Defender el uso libre de criptomonedas, pero pedir transparencia y responsabilidad.

  • Promover la educación financiera desde las bases, no esperar que lo haga el Estado.

  • Denunciar los fraudes, no para que los prohíban, sino para advertir y exponer.

  • Enseñar que la libertad no es sinónimo de caos, sino de orden voluntario.

Estas estafas no existirían si la gente tuviera una verdadera cultura de mercado. Pero muchos se han vuelto crédulos, confiando más en “gurús del trading” que en su propio criterio. Caen porque no estudian, no se informan, y no ejercen su libertad con responsabilidad.

Desde Ideas Antizurdos defendemos la innovación, las criptomonedas y el libre mercado. Pero también exigimos coherencia: no se puede ser prolibertad y al mismo tiempo caer en cualquier farsa que se vista de oportunidad.

La próxima vez que te prometan ganar sin esfuerzo, recuerda: eso no es liberalismo, es ingenuidad.

¿Y tú qué opinas? ¿Has sido testigo de estas estafas? ¿Cómo promueves la libertad con responsabilidad? Déjanos tu comentario y comparte esta entrada.

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lunes, 16 de junio de 2025

El elefante en la habitación: engordar el Estado es fácil, adelgazarlo es otra historia

 


Dr. John Campuzano Vásquez.

En América Latina, y muy especialmente en países como Ecuador, se ha vuelto una práctica común inflar el tamaño del Estado con instituciones, secretarías, observatorios, viceministerios y agencias públicas que, en la mayoría de los casos, son funcionalmente redundantes o inútiles. Estos organismos rara vez se someten a auditorías serias sobre su impacto o productividad. No sorprende entonces que el gasto público crezca con facilidad, mientras que reducirlo se convierte en una batalla política y administrativa casi imposible de librar.

Tal como se menciona en el artículo del Cato Institute, titulado “Doge no puede recortar el gobierno sin el Congreso”, incluso cuando hay voluntad política de adelgazar el Estado, los mecanismos constitucionales, legales y políticos se encargan de frenar cualquier intento. El caso de Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei, es un excelente ejemplo: mientras el nuevo gobierno presenta una postura clara y firme para desmontar el Estado obeso que heredó, se topa con el muro infranqueable del Congreso, las normas vigentes y los intereses enquistados en cada rincón de la administración pública.

El populismo del “Estado protector”

La izquierda ha sido muy hábil en vender la narrativa de que el “Estado presente” es sinónimo de justicia, equidad y derechos sociales. Pero esta visión ha sido utilizada para justificar la creación de organismos paralelos, muchos de ellos solo para ofrecer puestos a activistas o aliados políticos. A esto se suma la resistencia de los sindicatos del sector público, que reaccionan con huelgas, protestas y demandas ante el más mínimo intento de reforma.

¿Quién evalúa si realmente necesitamos una Dirección Nacional de Saberes Ancestrales o un Observatorio de Género Interseccional? Nadie. Se crean por decreto o ley, se les asigna un presupuesto, y luego quedan flotando en la estructura estatal sin que la ciudadanía sepa si hacen algo útil o si siquiera funcionan. La evaluación por resultados brilla por su ausencia.

Reducir el Estado no significa eliminar derechos

Reducir el tamaño del Estado no es sinónimo de privatizar todo ni de abandonar a los más vulnerables. Muy por el contrario, se trata de optimizar recursos, canalizarlos a donde sí son necesarios (como salud o educación) y eliminar el despilfarro. Un Estado más pequeño, más enfocado y mejor gestionado puede ofrecer servicios públicos de calidad sin asfixiar al sector productivo con impuestos, regulaciones y burocracia interminable.

La eficiencia estatal es una condición necesaria para el desarrollo. Y en países con presupuestos limitados, no podemos darnos el lujo de mantener elefantes blancos que consumen millones sin generar ningún retorno social. Como decía Ronald Reagan, “El gobierno no es la solución a nuestros problemas; el gobierno es el problema”.

¿Qué se necesita para un Estado más eficiente?

  1. Auditorías de desempeño: Todos los organismos públicos deben demostrar con indicadores si su existencia tiene impacto real.

  2. Transparencia presupuestaria: Que cada ciudadano pueda ver cuánto cuesta mantener determinada oficina pública y qué produce.

  3. Reforma constitucional: Que permita disolver entes ineficientes sin que el Congreso actúe como obstáculo permanente.

  4. Incentivos al retiro voluntario: Para disminuir el peso de la nómina pública sin recurrir al despido masivo.

  5. Educación ciudadana: Para desmontar el mito de que más Estado es siempre mejor.

Conclusión

Es fácil agrandar el Estado: basta con una firma y un discurso populista. Pero reducirlo requiere valentía, estrategia y, sobre todo, una ciudadanía que entienda que el tamaño del gobierno importa. No se trata de dejar al ciudadano desprotegido, sino de protegerlo de un aparato estatal que, al volverse insostenible, termina asfixiando al país entero con impuestos y otras cargas que solo pagan los mismos de siempre.

¿Y tú qué opinas?

  • ¿Crees que el tamaño del Estado debería reducirse en tu país?

  • ¿Conoces algún organismo público que no cumple ninguna función real?

  • ¿Qué áreas del gobierno crees que deben priorizarse y cuáles deberían desaparecer?

  • ¿Es posible tener un Estado eficiente sin caer en la trampa del clientelismo político?

  • ¿Estás de acuerdo con que reducir el gasto público es una vía hacia mayor libertad económica?

👉 Déjanos tu opinión en los comentarios y no olvides seguirnos para más contenido sobre economía real, libertad y sentido común.
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viernes, 13 de junio de 2025

Inmigración descontrolada y deterioro económico: la lección de Estados Unidos

 


Dr. John Campuzano Vásquez.

En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha experimentado uno de los fenómenos más complejos y desafiantes en términos económicos y sociales: el crecimiento sostenido de la inmigración no calificada, muchas veces ilegal, que ha venido a tensionar su mercado laboral, el gasto público, la seguridad ciudadana y la cohesión institucional.

Los datos del Pew Research Center muestran que desde el año 2000, la población inmigrante en EE.UU. ha crecido en más de 25 millones de personas, de las cuales una proporción significativa ha ingresado sin calificaciones laborales mínimas o sin estatus migratorio legal. Esto ha coincidido con un creciente deterioro en áreas fronterizas, el colapso de servicios públicos locales y el resurgimiento de problemas sociales que ya se consideraban superados.

Impacto económico real: entre la ilusión y la carga fiscal

Desde ciertos discursos progresistas se insiste en que “toda inmigración es buena”, pero la realidad es más compleja. Mientras los migrantes calificados contribuyen a la innovación, al crecimiento de industrias clave (como la tecnología o la medicina), los no calificados tienden a insertarse en sectores informales, compitiendo con trabajadores locales por empleos de baja remuneración y generando presiones salariales a la baja.

Un estudio del economista George Borjas de Harvard University ha documentado cómo la inmigración no calificada ha reducido los salarios de los estadounidenses con bajo nivel educativo en aproximadamente un 3% en promedio. Además, muchos de estos trabajadores acceden a programas de asistencia social —educación, salud, subsidios de vivienda— generando una carga fiscal creciente, especialmente en estados como California, Texas y Nueva York.

Inseguridad y descomposición social: el caso de las pandillas

Más allá de lo económico, se ha dado un deterioro evidente en la seguridad. Organizaciones criminales como la Mara Salvatrucha (MS-13) se han afianzado en ciudades norteamericanas gracias a flujos migratorios no regulados. Grupos con raíces en Centroamérica, a menudo formados por individuos que ingresaron ilegalmente durante oleadas masivas, han convertido barrios enteros en zonas de alto riesgo, afectando a las comunidades hispanas legales que buscan vivir en paz y prosperar.

Nueva York, Los Ángeles y Houston son ejemplos de ciudades que han debido reforzar sus presupuestos de seguridad por el avance de estas pandillas. El resultado ha sido una mayor presencia policial, la estigmatización de ciertos barrios y un desgaste institucional que se traduce en menos recursos para educación o infraestructura.

La respuesta liberal: fronteras ordenadas y mercado funcional

Desde una perspectiva liberal, no se trata de rechazar la inmigración, sino de ordenarla y vincularla al mérito y al mercado. Es decir, abrir las puertas a quienes pueden aportar a la economía, respetar la ley y adaptarse a las reglas del juego institucional. Esto significa:

  1. Reforma migratoria basada en puntos, como el modelo australiano o canadiense, donde se evalúa idioma, estudios, experiencia laboral y adaptabilidad.

  2. Cierre de fronteras ilegales: sin soberanía fronteriza no puede haber política migratoria. Esto no es xenofobia, es lógica estatal.

  3. Desincentivo de subsidios a ilegales: si no hay beneficio para cruzar sin documentos, el flujo disminuirá.

  4. Promoción del empleo productivo y formalización, evitando que los migrantes ilegales sean explotados por empleadores sin escrúpulos que distorsionan el mercado laboral.

El objetivo no es castigar al migrante, sino proteger a los ciudadanos y al Estado de bienestar que los contribuyentes han sostenido durante décadas. Abrir las fronteras sin control es tan irresponsable como dejar que cualquiera use tu tarjeta de crédito sin tu consentimiento.

¿Sabías que algunas ciudades estadounidenses gastan más en servicios a migrantes ilegales que en seguridad pública?

¿Te interesa saber cómo un enfoque liberal puede frenar el deterioro económico y social causado por una inmigración mal gestionada?

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miércoles, 11 de junio de 2025

Superávit fiscal, estabilidad monetaria y déficit comercial

 


Por: Dr. Armando José Urdaneta Montiel

En un mundo de volatilidad financiera, con expectativas frágiles y choques externos frecuentes, los países emergentes enfrentan un dilema estratégico: ¿cómo mantener el equilibrio macroeconómico sin caer en trampas autoimpuestas?

Una situación que ilustra este dilema es aquella en la que un país exhibe superávit fiscal, controla la oferta monetaria (M2) y, al mismo tiempo, presenta un déficit en su balanza comercial, todo esto bajo un régimen de tipo de cambio flexible con bandas cambiarias. Tradicionalmente, esta última condición —el déficit comercial— se ha visto como una señal de alerta. Pero, ¿lo es realmente?

El régimen de tipo de cambio flexible con bandas: equilibrio con flexibilidad

Este régimen permite que la moneda fluctúe libremente dentro de márgenes preestablecidos. Solo cuando se amenaza con romper estos límites, el banco central interviene. Se combina así la disciplina del mercado con una red de contención. La principal ventaja: funciona como una válvula de escape automática frente a desequilibrios externos, evitando intervenciones frecuentes.

A diferencia de un régimen fijo —que exige acumular reservas para defender la paridad—, en este sistema las reservas son un recurso de uso contingente, no estructural.

Superávit fiscal y estabilidad monetaria: las anclas del sistema

Un gobierno con superávit fiscal reduce la presión sobre la demanda agregada, modera las importaciones y evita depender del financiamiento externo. Si, al mismo tiempo, la oferta monetaria se mantiene constante, se limitan los riesgos inflacionarios y se evita una depreciación desordenada.

Estos dos pilares —disciplina fiscal y estabilidad monetaria— fortalecen la credibilidad del régimen cambiario y reducen la necesidad de intervención del banco central. La estabilidad, entonces, no se impone: se construye.

¿Y el déficit comercial? ¿Es motivo de alarma?

No necesariamente. En regímenes con bandas, una depreciación dentro del margen permitido puede corregir desequilibrios externos sin intervención directa. Además, no todo déficit es sinónimo de debilidad. En economías en crecimiento, el aumento de importaciones puede reflejar inversión en maquinaria, tecnología o bienes intermedios: insumos para la expansión productiva.

La clave es que este déficit no esté acompañado de desequilibrio fiscal ni monetario. Si esos fundamentos permanecen sólidos, el sistema puede tolerar un déficit comercial sin desestabilizarse.

El peligro de acumular reservas innecesariamente

Comprar divisas para acumular reservas implica inyectar moneda local. Si no se esteriliza esta operación, se rompe el equilibrio monetario. Y si se decide esterilizar, se incurre en costos cuasifiscales —como el pago de intereses por instrumentos de deuda del banco central— que pueden afectar la sostenibilidad de la política fiscal.

Peor aún, acumular reservas sin justificación puede ser leído por el mercado como una señal de desconfianza en el régimen cambiario. Lejos de fortalecer la credibilidad, podría sembrar dudas sobre la verdadera autonomía del banco central.

Confianza, no acumulación

La enseñanza es clara: la fortaleza de un régimen flexible con bandas no está en el volumen de reservas, sino en la calidad de sus fundamentos. La combinación de responsabilidad fiscal y control monetario genera un entorno donde el tipo de cambio puede cumplir su función sin interferencias innecesarias.

Acumular reservas solo debe hacerse cuando hay vulnerabilidades estructurales claras. En caso contrario, lo más prudente es confiar en el propio sistema, dejar que las bandas operen, y concentrarse en mantener la coherencia entre la política fiscal y monetaria.

 Reflexión final

La economía no siempre premia al más prevenido, sino al más coherente. En tiempos de incertidumbre, la confianza se gana con disciplina, no con acumulación. La paradoja del equilibrio no está en hacer más, sino en hacer lo correcto, en el momento justo.

¿Te interesan estos temas?
💬 Comenta, comparte o escríbenos tu opinión sobre cómo debe actuar la política cambiaria en tu país.

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Este blog presenta algunas ideas económicas sobre el comportamiento nefasto que tienen las ideas del colectivismo socialista, progresista o wokista, sobre la vida de las personas y los perjuicios que ocasionan en los países que las aplican.