Así son los votantes de la ultra izquierda, se inmolan en su mentira.
lunes, 6 de enero de 2025
sábado, 4 de enero de 2025
El laberinto de la mentira
Este artículo explora las raíces del fracaso de las ideologías colectivistas como el socialismo y el comunismo, desentrañando cómo el autoengaño y la mentira perpetúan sistemas que prometen progreso, pero solo traen miseria, hambre y desigualdades. Este artículo busca razonar sobre las narrativas que justifican la opresión bajo banderas de igualdad, analizando cómo estas ideologías históricamente han utilizado excusas como el imperialismo o el neoliberalismo para ocultar su ineficiencia. El pensamiento crítico de Octavio Paz, ayuda a reflexionar sobre la necesidad de enfrentar las realidades económicas y sociales sin las máscaras del conformismo y la resignación. Este blog es un llamado a la verdad, a la libertad individual y al rechazo de las falacias que sostienen el mito del colectivismo.
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miércoles, 1 de enero de 2025
martes, 31 de diciembre de 2024
Estado regulador
¿Es posible la desregulación en Ecuador?
En un mundo donde la velocidad de los mercados y las transformaciones tecnológicas demandan flexibilidad, el papel del Estado como regulador ha comenzado a ser cuestionado. Ecuador, con un sistema económico históricamente intervenido y fuertemente regulado, enfrenta la oportunidad de reimaginar su modelo económico para alinearse con las dinámicas globales modernas. Pero, ¿es posible abandonar el estado regulador y optar por la desregulación en un contexto como el ecuatoriano?
La desregulación no es un sinónimo de anarquía económica; es, en cambio, una estrategia para simplificar las normas y liberar el potencial creativo y productivo de los agentes económicos. En países con como Ecuador, la proliferación de regulaciones a menudo genera efectos adversos: burocracia excesiva, trabas al emprendimiento, mercados laborales rígidos y un entorno de inversión poco atractivo. Esto no solo afecta a las grandes empresas, sino que golpea especialmente a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), que constituyen la columna vertebral de la economía local.
Si bien los defensores del Estado regulador argumentan que este modelo garantiza estabilidad y protege a los sectores más vulnerables, la realidad es que un exceso de controles puede generar ineficiencia, corrupción y una cultura de dependencia. Es aquí donde surge la pregunta crucial: ¿hasta qué punto la regulación beneficia realmente a la sociedad, y cuándo empieza a ser un obstáculo para el progreso?
Abandonar el Estado regulador no significa renunciar a la responsabilidad estatal, sino transformarla. Un modelo desregulado enfocado en incentivar la libre competencia, reducir barreras administrativas y fomentar la innovación puede ser la clave para que Ecuador desate su verdadero potencial económico. Este blog explorará cómo la desregulación, aplicada de manera estratégica, podría convertirse en el motor de una economía más dinámica, competitiva y próspera. ¿Estamos listos para este cambio? La respuesta podría definir nuestro futuro.
Te invito a leer este artículo publicado en Diario Correo y dejar tus comentarios.
jueves, 26 de diciembre de 2024
El mito del buen salvaje
Leer a Carlos Rangel, ayuda a nuestro análisis sobre Ecuador y por qué no salimos del canibalismo político que detiene nuestras posibilidades de salir del subdesarrollo. Su obra cumbre “Del buen salvaje al buen revolucionario”, es un magistral estudio sobre los mitos que han alimentado las falsas narrativas latinoamericanas. Rangel desnuda la persistente inclinación de la región por buscar culpables externos y soluciones mesiánicas para sus problemas internos. Ecuador, con su historia marcada por crisis políticas recurrentes, encarna perfectamente este paradigma.
La idealización del “buen salvaje”, como figura mitificada que, según ciertas visiones de la ultra izquierda y del indigenismo Mariateguista de reciente data, nos vende la idea que antes se vivía en el Sumak Kausay y que los colonizadores destruyeron todo. Asimismo, denuncia el salto directo hacia el “buen revolucionario”, ese héroe izquierdoso que promete liberar a los pueblos de siglos de opresión española y yanqui. En el contexto ecuatoriano, estos argumentos son parte de los discursos políticos que, una y otra vez, prometen transformaciones radicales sin atender los problemas centrales del desarrollo: institucionalidad débil, educación de mala calidad e inestabilidad económica permanente.
La persistencia de las crisis políticas en Ecuador refleja una fractura profunda entre la retórica y la acción. Seguimos echando la culpa al neoliberalismo, aun cuando gobiernan políticos de izquierda, de centro izquierda y populistas que son encarnizados defensores del gasto público. Las prácticas de improvisación, corrupción y debilitamiento institucional se mantienen y los políticos que ganan tienen miedo de ser mal vistos por la prensa y por los mal llamados movimientos sociales que casi siempre responden al status quo de no dejar hacer.
En Ecuador, resulta fundamental superar la mentalidad de víctima histórica del “imperio yanqui” y asumir una postura activa que fomente la construcción de instituciones democráticas fuertes. Con partidos políticos reales y no con empresas electoreras al servicio de Mesías que cada cuatro años nos obligan a votar por lo peor que se puede encontrar en el escenario nacional. Son peligrosos los simplismos de que solo con votar se logra cambiar al país, hay que castigar a los aventureros de la política y a los camisetazos que solo nos hacen perder años y recursos.
Deja tu comentario sobre si Carlos Rangel sigue vigente en la actualidad.
sábado, 21 de diciembre de 2024
El socialismo en etapa juvenil es la sinrazón de la edad.
La probabilidad de ser comunista es inversamente proporcional a la cantidad de riqueza que se posee. Cuando eres joven, no tienes nada excepto tus manos y quizás, con suerte, una educación pagada por tus padres. Así que ser comunista es algo muy típico y natural, ardes de rabia de que haya gente con tanto y tú con nada. Cuando te haces mayor, trabajas, ganas dinero y ahorras, te compras una casa, buena o mala; quizás hasta heredas algo o tienes un golpe de suerte. El caso es que lo que tanto sudor y horas te ha costado ganar no quieres compartirlo gratis por que sí, por que lo dijera un barbudo alemán hace 200 años, y se te evapora la fe en el comunismo a la velocidad del rayo.
Que opinas de estas palabras, es así, o existe otra justificación a esa decisión?
Por: Gregorio Alonso Calvo